En las últimas dos décadas ha sido común la práctica de establecer el sexo del feto en las gestaciones equinas con el fin de ordenar futuros manejos dentro de un haras y muchas veces por estrategia comercial de ventas futuras o, simplemente, como servicio anexo y gratificante para sus propietarios.
Existen dos ventanas de abordaje para establecer el sexo fetal durante la gestación de una yegua: La primera alrededor de los 2 meses de gestación visualizando la migración del tubérculo genital, ideal para criadores que precisen tomar una decisión temprana en caso de no requerir el sexo determinado al examen y culminar con dicha preñez. La segunda comienza a partir de los 4 meses de gestación en adelante, donde la yegua puede ser examinada vía transrectal o transabdominal para establecer el sexo fetal. En esta segunda ventana más amplia se observan las gónadas propiamente tal de los fetos y sus órganos sexuales, siendo un diagnóstico más certero y completo. Además, se monitorean más características de desarrollo fetal y sus anexos y, a medida que la gestación avanza, ésta puede ser vigilada para prevenir sorpresas